Cuando hablamos de mejorar aspectos en nuestra vida profesional, a menudo pensamos en cosas o actividades que podemos añadir o hacer de forma más intensa en nuestro trabajo. Consejos como dar un paseo a la hora de comer para despejarnos, asumir más responsabilidades y proyectos para mejorar nuestra carrera profesional, o aplicar técnicas para ser más productivos, etc., son algunas actividades que comúnmente se nos sugiere.
Sin embargo, cuando leemos o escuchamos todos estos consejos y sugerencias, podemos sentirnos abrumados y ansiosos, y muchas veces nos encontramos pensando: «¿Qué más tengo que hacer? No tengo tiempo ni energía para hacer más».
Lo que rara vez reconocemos o vemos como una posibilidad es el hecho que también podemos eliminar, o hacer una «limpieza de primavera» de cosas o actividades de nuestra vida laboral para mejorar de verdad.
La mejora no siempre tiene que definirse como la incorporación de algo nuevo. En muchos casos, menos es más y, a menudo, nuestro trabajo puede ser igualmente más eficiente y enriquecedor si reducimos o eliminamos ciertas tareas o actividades de nuestro día de trabajo o de nuestra función, en lugar de buscar cosas, tareas o actividades que añadir.
En un artículo reciente de The Economist se detallan estudios realizados con personas a las que se les pidió que mejoraran algo, por ejemplo, una estructura con ladrillos de Lego, un ensayo, un campo de golf o una universidad. Lo que descubrieron fue que la gente tendía a sugerir que se añadieran cosas nuevas en lugar de eliminar lo que ya existía, incluso cuando las adiciones conducían a resultados inferiores.
Dar un «paso atrás» en un contexto laboral puede parecer contraproducente ya que no estamos acostumbrados a ello, sin embargo, cuando analizamos nuestra jornada laboral nos abrimos a crear un espacio mental y físico que nos permite centrarnos en los aspectos realmente importantes de nuestro día o función y, como consecuencia, llevarlos a cabo de mejor manera.
Lo que pretendemos es que reflexiones sobre qué áreas de tu vida laboral pueden mejorarse tanto reduciendo el tiempo que dedicas a algo o eliminando por completo una tarea o actividad.
Este es un gran ejercicio a realizar porque te alentará a empezar a tomar el control de tu vida en el trabajo y, por tanto, a empezar a responsabilizarte de tu propio bienestar. Piensa en cómo inviertes tu tiempo en un día de trabajo normal y en qué puedes hacer de una manera mejor y más eficiente, de modo que no sólo te propongas lograr un mejor equilibrio entre tu vida laboral y personal, sino que también se produzca un beneficio mutuo – tanto para la organización para la que trabajas como para tu desarrollo profesional. Al aumentar tu motivación, productividad y tu capacidad para implicarte en una mayor variedad de tareas y proyectos estás abriendo posibilidades y oportunidades para un mejor desarrollo de tu carrera.
- Uno de los primeros ejemplos en los que pensamos fue en tomar conciencia del tiempo que pasamos pensando de forma negativa sobre ciertos aspectos de nuestro trabajo. Por ejemplo, cuando nos quejamos de nuestro jefe, de nuestros compañeros de trabajo o del hecho de tener otra reunión de Zoom. ¿Crees que puedes estar quejándote demasiado? Aparte de estos pensamientos o quejas negativas, ¿haces algo activamente para contrarrestar estos sentimientos o emociones negativas? Tal vez puedas utilizar este tiempo para cambiar tu mentalidad por una más abierta y empezar a buscar oportunidades. Por supuesto, esto no es posible el 100% de las ocasiones, pero al ser más consciente de ello en un principio, podrás reducir el tiempo que dedicas a estos pensamientos negativos y podrás empezar a buscar oportunidades o vías para sentirte mejor y desarrollar estrategias que te beneficien.
- Aprender a decir que no es otra área en la que muchos de nosotros podemos ser culpables de no atenernos lo suficiente. Puede ser muy fácil asumir que porque estás en el trabajo, tienes que decir que sí a cada tarea o área de responsabilidad que se te presente, pero ese no es el caso. ¿Cuántas veces sientes que estás aumentando tu carga de trabajo sin ningún beneficio para ti simplemente por tu incapacidad de decir que no?
Obviamente, no estamos hablando de negarte a realizar actividades dentro de la descripción de tu trabajo, ni estamos diciendo que no debas ofrecer ayuda cuando se necesite. Habiendo dicho esto, ¿crees que podrías ser más consciente de aquellas actividades a las que estás diciendo que sí, para poder decir que no cuando lo necesites? ¿En cuántos proyectos o tareas adicionales estás trabajando actualmente que podrías haber dicho que no y haber utilizado ese tiempo para mejorar tu trabajo actual?
- Siguiendo este punto, echa un vistazo a las áreas de tu trabajo en las que estás duplicando la carga de trabajo. Por ejemplo, ¿hay varios correos electrónicos, notas de reuniones y listas de tareas pendientes que dicen lo mismo? ¿Cómo puedes combinarlos para que sólo tengas que escribirlos una vez?
- Piensa en todo el tiempo que dedicas a actividades que crees que debes hacer, o en reuniones a las que crees que tienes que asistir, pero tu participación no sirve para nada. ¿Qué tal si tomas conciencia de todas las actividades en las que participas y te replanteas si realmente te ayudan o sólo están aumentando tu carga de trabajo? ¿Qué tareas podrías delegar que puedan dar a otra persona la oportunidad de crecer también en su carrera?
- Por último, reducir la cantidad de notificaciones y mensajes emergentes que recibes a lo largo del día en tu teléfono u ordenador del trabajo puede ahorrarte MUCHO tiempo. Revisa la configuración de tus aplicaciones y del correo electrónico y establece que sólo recibas notificaciones de mensajes importantes o urgentes. Minimizar estas notificaciones que te distraen te ayudará a concentrarte mejor en la tarea que tienes entre manos y a completarla más rápidamente. Te recomendamos que leas el libro Deep Work de Cal Newport si aún no lo has hecho, ya que trata sobre cómo ser más eficiente en el trabajo en bloques sin distracciones.
Estos son sólo algunos aspectos que nos vienen a la mente al pensar en cómo ser más eficientes y productivos en nuestra vida laboral a través de extracciones en lugar de adiciones.
¿Tienes alguna otra sugerencia o idea que quieras compartir basada en esta teoría? Nos encantaría escucharlas, ya que siempre estamos abiertos a aprender más de otras personas del sector.
¿Cómo puede relacionarse todo esto con tu Salario Emocional? Bien, en el contexto del Salario Emocional, intenta pensar en lo siguiente:
- ¿Qué otros cambios se te ocurren que podrían mejorar tu Salario Emocional? ¿Cómo?
- ¿Puedes especificar a qué factor afecta este cambio concreto? Consulta la infografía de los 10 factores a la derecha.
- ¿Hay algún factor en particular que te gustaría mejorar? ¿De qué tendrías que deshacerte para mejorar ese factor en tu vida laboral? Por ejemplo, si me gustaría aumentar mi sentido de la Dirección en mi carrera, puede que tenga que dejar de preocuparme por el futuro y empezar a concentrarme en las tareas que puedo controlar y que me ayudarán a avanzar en la dirección que quiero.
- Cuando empieces a hacer «limpieza de primavera» en tu trabajo, piensa en cómo interactúan tus factores de Salario Emocional. Por ejemplo, si desactivo las notificaciones de mi móvil, puedo concentrarme más en la tarea concreta que tengo entre manos, lo que repercutirá en mi Maestría, Crecimiento Profesional y Creatividad.
- Los 10 factores son importantes y son universales para todas las personas en el trabajo. ¿A cuál de los factores no has prestado atención últimamente pero te gustaría crear más espacio en tu carrera? ¿Cómo lo harás?
Para saber qué factores son relevantes para ti en tu lugar de trabajo y dónde están las oportunidades de mejora, ¿por qué no haces Barómetro de Salario Emocional?