En este blog exploramos el lado práctico en lo se refiere al trabajo en remoto. Analizamos un aspecto con el que muchos de nosotros luchamos: las distracciones, la falta de estructura y un entorno de trabajo físico que no ha sido diseñado para trabajar. Este es el tercero de una serie de blogs que hemos escrito sobre los retos a los que nos enfrentamos cuando trabajamos en remoto, el primer tema que analizamos fue poder superar el exceso de trabajo y el agotamiento y, en el segundo, buscamos soluciones para lidiar con la soledad, el aislamiento y el sentirse ignorado al trabajar en remoto.
Problema: Cómo lidiar con las distracciones
La realidad para la mayoría de nosotros es que hay muchas más distracciones trabajando desde casa que en la oficina, ya sea la nevera, las tareas domésticas, las mascotas, los niños o las parejas exigentes. Si eres el tipo de persona que se distrae fácilmente, tienes que ser más disciplinado de lo que serías en la oficina.
Solución: Prioriza y Planifica
De la misma manera en que los límites te pueden ayudar con el exceso de trabajo y el agotamiento, la planificación te puede ayudar a concentrarte.
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- Establece horarios de trabajo regulares: Establecer horarios de trabajo regulares y comunicarlos a aquellas personas con quienes compartes tu espacio es fundamental. Si trabajas en un espacio compartido o en un espacio donde no se puede cerrar la puerta, es importantísimo tener una señal física que puedas mostrar cuando no se te puede molestar.
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- Las tareas más importantes tienen prioridad: comienza todos los días identificando cuáles son las 3 tareas más importantes para ese día y primero haz aquella que menos te apetezca hacer. Si puedes, date una recompensa por completar esa tarea, como una caminata de 30 minutos o una pausa para hacer ejercicio, que siempre viene bien.
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- Elimina cualquier ruido molesto: los auriculares con cancelación de ruido son imprescindibles en caso que compartas espacio con alguien que usa Zoom la mayor parte del día. Aunque he estado trabajando desde casa en gran parte durante los últimos 10 años, he descubierto este año – al compartir mi espacio de trabajo con mi esposo – que parece que he perdido la capacidad de concentrarme cuando otras personas están hablando.
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- Planifica tu día como si te encontraras en el trabajo: no hagas tareas del hogar o cocines en los espacios de tiempo que hay durante las reuniones o en los momentos que deberías de trabajar. Si lo haces, tendrás que dejar de trabajar y como consecuencia to foco de atención se desvía a otras cosas.
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- Toma el control de tu consumo de las redes sociales: si te das cuenta que las redes sociales u otras aplicaciones te están distrayendo, elimina estas aplicaciones de los dispositivos que usas para el trabajo.
Problema: Cuando te falta estructura
Para muchas personas, la falta de estructura que existe cuando se trabaja a distancia puede ser un gran problema. Esta falta de estructura se puede deber a que tienes ahora más flexibilidad ahora con el trabajo en remoto que antes que trabajabas físicamente en una oficina sintiéndote observado por tus colegas o por tu gerente o supervisor. Si deseas trabajar de manera eficaz, debes ejercer una grandísima disciplina y saber auto regularte. Por esta razón, es necesario crear una estructura que te funcione tomando en consideración tus propias circunstancias particulares.
Solución: Crea hábitos, reglas y bloques de tiempo
Si sufres de falta de estructura al trabajar de manera remota, la mejor manera de solucionarlo es crear una estructura alrededor de tu trabajo. Para ayudarte, existen varias técnicas que puedes utilizar.
«Antes de poder desarrollar nuevos hábitos de manera eficaz, debemos controlar los actuales»
James Clear
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- Observa tus hábitos: tus hábitos son la clave. Una gran idea es hacerte una auditoría rápida de tus hábitos: observa tu día de trabajo e identifica cualquier hábito o comportamiento que se repite y que puede estar contribuyendo a tu falta de estructura. Un ejemplo de esto podría ser que paras cualquier cosa que estés haciendo para responder a los correos electrónicos o mensajes de texto a medida que llegan. Una vez que hayas identificado estos hábitos, puedes empezar a pensar en la manera de como modificar estos hábitos para empezar a introducir más estructura en tu día a día. En el ejemplo mencionado anteriormente, un buen ajuste podría ser reservar períodos de tiempo durante tu jornada laboral para leer y responder correos electrónicos. Un gran libro sobre hábitos que recomendaría es el de “Hábitos Atómicos” de James Clear.
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- Crea tus propias reglas y normas: La manera en que una oficina física ofrece una estructura es a través de reglas y normas. Es posible que ahora que trabajas de forma remota, no existan estas reglas y normas, por lo que debes introducir las tuyas propias. Por ejemplo, una regla que he creado y me ayuda a introducir una estructura en mi jornada laboral remota es ponerme al día con el equipo todos los días a las 10 a. m.
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- Bloques de tiempo: esta es otra excelente manera de introducir cierta estructura en tu día laboral. Primero identifica tus horas de trabajo principales. Segundo, identifica ahora los períodos de tiempo que puedes bloquear para realizar tareas específicas. Esta técnica también se puede utilizar para apoyar tus hábitos y reglas. Por ejemplo, puedes bloquear 09: 00-09: 30, 12: 00-12: 30 y 16: 00-16: 30 todos los días para leer cualquier respuesta a cualquier correo electrónico. Si bloqueas estos tiempos como ocupado / no disponible en tu calendario y silencias tu teléfono durante estos bloques de tiempo, esto aumentará la probabilidad de que hagas lo que tenías planeado durante esos bloques de tiempo.
Aunque estas ideas requieren esfuerzo y disciplina para implementarlas, el tener una mayor sensación de organización, control y estructura puede marcar una gran diferencia emocional en como percibes tu jornada laboral.
Problema: Cuando nuestro entorno de trabajo físico es deficiente
Por el momento, muchos de nosotros estamos trabajando de forma remota en un entorno físico que no fue diseñado para trabajar. Equilibrar las computadoras portátiles en las encimeras de la cocina, realizar conferencias telefónicas en los extremos de la cama, sentarse en la silla dura del comedor durante 8 horas al día o tratar de hablar con los clientes con los perros junto a ti ladrando constantemente son todos problemas reales que vivimos constantemente.
Desafortunadamente, todos estos eventos pueden tener repercusiones en nuestra salud física. El problema se hace todavía más complicado por el hecho de que nadie anticipó que estaríamos trabajando de forma remota durante tanto tiempo, por lo que no priorizamos la configuración de nuestro entorno físico de manera efectiva, o simplemente no tenemos el espacio o los recursos para hacerlo.
Solución: Optimiza y cambia
Si crees que probablemente el trabajo a distancia se alargará por más tiempo y prevés que será parte de la nueva normalidad, necesitarás crear un entorno físico saludable para poder trabajar. No existe una solución perfecta para este problema, pero hay varias cosas que si podemos hacer.
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- Encuentra un espacio y adáptalo: Lo primero que hay que hacer es encontrar un espacio o rincón que se pueda adaptar para que realizar el trabajo en remoto de forma más eficaz. En una situación ideal, necesitarás una silla ajustable de buena calidad y una mesa o escritorio con suficiente espacio para trabajar cómodamente. Los auriculares también son útiles si compartes tu espacio con otras personas.
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- Pregunta a tu empleador cómo puede contribuir económicamente: Explora con tu empleador si puede ofrecer alguna contribución o descuentos para comprar muebles y / o recursos adecuados. Es posible que incluso desees preguntar si es posible utilizar tu silla de oficina habitual mientras trabajas desde casa. Vale la pena ir a la oficina para recogerlo, y puede que no combine con la decoración de tu casa, pero realmente no conviene arriesgar tu salud en estos tiempos.
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- Toma descansos regulares: Asegúrate de al menos descansar de las pantallas. Haz ejercicio y mueve tu cuerpo regularmente. El moverte y descansar tus ojos de manera regular es muy importante para tu salud física y mental.
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- Investiga espacios de coworking: Otra opción que vale la pena explorar es encontrar un espacio de coworking, aunque sea uno o dos días a la semana. Lo mejor sería uno con opciones flexibles en caso de que tu situación cambie. También asegúrate de que tenga muebles de oficina de buena calidad para que puedas trabajar cómodamente y no solo sea un lugar con un buen diseño pero que no sea cómodo para trabajar.
La realidad es que para muchas personas trabajar desde casa no es fácil ni una solución ideal, pero sí hay algunas cosas que puedes hacer para que la experiencia sea más placentera, asegurándote también de cuidar tu salud mental y física.
Si te sientes insatisfecho en el trabajo o tienes dificultades para motivar a tu equipo, comunícate con nosotros para averiguar cómo el Barómetro de Salario Emocional puede ayudarte a tomar conciencia de lo que realmente importa para así comenzar a redefinir tu trabajo y el de tu equipo.